Olivos,
5 de abril de 1993
Querida Hermana:

Hoy no es un día diferente de los otros. Nuestro mundo ha dado otra vuelta alrededor de su eje, las nubes han habitado el cielo como siempre lo han hecho y aquel astro Rey poderoso nos ha suministrado la fuerza para poder existir. Los pájaros han cantado desde las ramas de los árboles y la Luna, junto con esa primera tímida estrellita han anunciado el comienzo de la noche como tantas veces antes.

Sin embargo este día es simbólico. Este día es un puente entre dos etapas de tu vida. Una vieja etapa que de a poco cede su lugar a una nueva. Los seres Humanos no entendemos mucho de cambios lentos, por eso preferimos ponernos todos de acuerdo y decir que en un momento determinado, en un día, se produce todo el cambio.

Ese día es hoy para vos, Hermana. Indica el comienzo de ese camino nuevo, ese camino que deberás transitar. En ese camino encontrarás cosas nuevas, pero también tendrás que dejar atrás otras.

Se va la inocencia de los primeros años, y de a poco vas descubriendo el mundo que te rodea con sus realidades agradables y desagradables, sus caminos lindos y feos.

Dejarás de ver por algún tiempo a Papá Noel y a aquellos ratoncitos comerciantes que cambiaban por dinero tus recién caídos dientes de leche. Los Reyes Magos te parecerán ilusión. No los podrás imaginar entrando a casa en sus tres enormes camellos para dejarte sus regalos. Te costará mucho volver a sentir la alegría de buscar los huevos de pascua que aquella pequeña conejita te escondía entre tus cosas. Todo te parecerá lejano, tonto o ingenuo. Deberás enfrentarte cara a cara con la realidad de los adultos.

Pero no les hagas caso Hermana, cuando te digan que no existen las hadas y los príncipes encantados. No les hagas caso cuando hablen de universos enormes y fríos, con estrellas que solo son bolas de fuego separadas por terribles distancias siderales. No olvides nunca aquella frazada vieja y agujereada con la que cubría al mundo la señora noche. Nunca olvides que tus muñecas comienzan a moverse y hacen fiestas donde bailan con los duendes visitantes de otras tierras, todo mientras vos estás durmiendo.

Nunca los olvides, porque hoy comenzás un largo viaje por los interminables caminos de la vida donde conocerás el bien y el mal, el ahora y el después, el lejos y el cerca. Y no te asustes Hermana, porque un día regresarás y serás bien recibida, cual hijo pródigo, con los bolsillos del alma vacíos de ilusiones, pero llenos de experiencias.

Te deseo pues, que tu estrella te ilumine el camino para que nunca pierdas la huella. Que el destino te tenga reservado por delante todo aquello que tu corazón anhela hoy y anhelará siempre, aunque quizá mañana no lo puedas ver.

Mantené la vista en alto siempre, cerrá la puerta detrás tuyo, pero suceda lo que suceda, llegues a donde llegues, jamás tires la llave.

Cuco


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