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LOS RIESGOS PRESENTES EN EL LABORATORIO QUÍMICO
El laboratorio es un lugar donde, debido a las
características del trabajo que en él se realiza, se pueden dar fácilmente
situaciones de emergencia ocasionadas por derrames, salpicaduras o
principios de incendio, en las cuales una intervención rápida y eficaz
evita que estos incidentes lleguen a convertirse en problemas más graves.
Los elementos de actuación y protección son instrumentos que permiten
controlar estas situaciones y de los que debe disponerse en función de las
actividades y características de peligrosidad de los compuestos manipulados
en el laboratorio.
El
trabajo de laboratorio tiene dos características principales que son: la
utilización de gran variedad de productos químicos, frecuentemente en
pequeñas cantidades y a menudo con peligrosidad y toxicidad elevadas, y la
realización de operaciones muy diversas con ellos. La experiencia indica
que los pequeños incidentes o accidentes que se producen en los mismos
pueden ser controlados y tener unos efectos mínimos si se dispone de
elementos de actuación adecuados y en número suficiente.
La
eficacia de estos elementos está supeditada a su idoneidad y correcto
funcionamiento, su buen estado de mantenimiento, y a un suficiente
entrenamiento y formación del personal de laboratorio.
Los
denominados elementos de actuación están constituidos básicamente por:
ü duchas
de seguridad
ü fuentes
lavaojos
ü mantas
ignífugas
ü extintores
ü neutralizadores
ü
equipos para ventilación de emergencia.
La
instalación de elementos de actuación y el establecimiento de un programa
para su mantenimiento y utilización debe constituir una exigencia dentro
del plan de emergencia y prevención de riesgos del laboratorio.
Elementos
de actuación y protección. Características
Los
elementos de actuación y protección son sistemas que deben permitir una
rápida actuación para el control de incidentes producidos en el
laboratorio, tales como incendios y derrames, así como para la
descontaminación de personas que hayan sufrido una proyección, salpicadura
o quemadura. Su número y ubicación (que se comentan más adelante) están,
relacionados con la distribución, los productos manipulados y almacenados y
las operaciones que se lleven a cabo en el laboratorio. Desde el punto de
vista práctico, deben hallarse ubicados en lugares en los que su
utilización implique un mínimo desplazamiento desde el conjunto de puestos
de trabajo en los que exista el factor de riesgo que desencadene la
necesidad de su utilización.
Duchas de seguridad
Constituyen
el sistema de emergencia más habitual para casos de proyecciones con riesgo
de quemaduras químicas e incluso si se prende fuego en la ropa. A
continuación se resumen las características más importantes que se
requieren de una ducha de seguridad.

Duchas/lava-ojos de seguridad sobre pie
La
ducha deberá proporcionar un caudal de agua suficiente para empapar el
sujeto completa e inmediatamente. El agua suministrada debe ser potable,
procurando que no esté fría (preferiblemente entre 20 y 35° C) para evitar
el riesgo que supone enfriar a una persona quemada en estado de shock y
también que la poca aceptación del agua fría cause una eliminación
insuficiente del contaminante, al acortar el periodo de ducha. Asimismo es
conveniente que disponga de desagüe (facilita enormemente su mantenimiento).
El
cabezal debe tener un diámetro suficiente para impregnar totalmente al
sujeto (20 cm),
con orificios grandes que impidan su obstrucción por la formación de
depósitos calcáreos. La distancia desde el suelo a la base del cabezal de
la ducha debe permitir el acomodo de la persona erguida, (por ejemplo, de 2 a 2,3 m). La separación
desde la pared al cabezal debería ser suficiente para acomodar, en caso
necesario, a dos personas (por ejemplo, no inferior a 60cm). También es
recomendable que la distancia desde el suelo al pulsador no supere los 2m.
La
válvula de apertura debe ser de accionamiento rápido, por lo que no deben
utilizarse los grifos convencionales. El pulsador/accionador debe ser
fácilmente atrapable. Los modelos más adecuados son aquellos que tienen un
accionador triangular unido al sistema mediante una barra fija (mejor que
con cadena). Los pulsadores de pie no suelen utilizarse dada la facilidad
de pisarlos inadvertidamente dando lugar al accionamiento involuntario del
sistema y al riesgo de tropezar con ellos; una excepción son los sistemas
que se accionan al situarse sobre una plataforma.
Las
llaves de paso de agua de la instalación deben estar situadas en un lugar
no accesible para el personal, al objeto de evitar que se corte el
suministro de manera permanente por existencia de fugas u otras anomalías,
que, por otra parte, deben ser inmediatamente comunicadas y reparadas. De
este modo, las llaves se cerrarán exclusivamente en el momento de efectuar
la reparación.
Es
útil disponer de un sistema de alarma acústica o visual que se ponga en
marcha al utilizar el equipo y así permita, que el resto de personal se
entere de que existe un problema, y pueda acudir en auxilio. Las duchas
colocadas en vestuarios o lavabos pueden realizar las funciones
subsidiarias de las duchas de seguridad, especialmente en casos de
laboratorios de poca superficie y para pequeñas quemaduras o salpicaduras
en la ropa, ya que al hallarse fuera de la vista, permiten a la persona
afectada despojarse de aquella sin ningún tipo de complejos.
Fuentes lavaojos
Es
un sistema que debe permitir la descontaminación rápida y eficaz de los
ojos y que está constituido básicamente por dos rociadores o boquillas
separadas entre 10 y 20 cm
capaces de proporcionar un chorro de agua potable para lavar los ojos o la
cara, una pileta, de 25 a
35 cm,
provista del correspondiente desagüe, de un sistema de fijación al suelo o
a la pared y de un accionador de pie (pedal) o de codo.

El
chorro proporcionado por las boquillas debe ser de baja presión para no
provocar daño o dolor innecesario. Igual que se ha indicado para la ducha,
el agua debe ser potable y es recomendable que sea templada. Con las llaves
de paso del agua de la instalación se tendrán las mismas precauciones que
para las duchas de seguridad.
Mantas ignífugas
Las
mantas permiten una acción eficaz en el caso de fuegos pequeños y sobre
todo cuando se prende fuego en la ropa, como alternativa a las duchas de
seguridad. La utilización de la manta puede en ciertos casos evitar el
desplazamiento del sujeto en llamas, lo que ayuda a limitar el efecto y
desarrollo de éstas.

Existen
en el mercado distintos mecanismos de almacenamiento que permiten su rápida
utilización. Como material de la manta, descartada la utilización de
amianto, existen actualmente alternativas basadas en fibra de vidrio y
otros tejidos ignífugos o tratados con ignifugantes.
Una
alternativa a las mantas ignífugas es la utilización de prendas o textiles
poco combustibles o previamente humedecidos. Téngase en cuenta que la
acción de las mantas ignífugas para apagar fuegos está pensada para una
actuación rápida, durante un espacio de tiempo muy corto.
Extintores
Si
no es factible controlar los pequeños incendios que se producen en el
laboratorio, por su ubicación, características, persistencia o extensión,
con mantas ignífugas o textiles mojados, hay que recurrir a los extintores.
Los extintores son aparatos que contienen un agente o substancia extintora
que puede ser proyectada y dirigida sobre el fuego por acción de una
presión interna.

Dado
que existen distintos tipos de fuego, que se clasifican según se trate de
sólidos, líquidos, gases, metales o de origen eléctrico, debe decidirse en
cada caso el agente extintor adecuado: agua pulverizada o a chorro, polvo,
polvo polivalente, espuma, hidrocarburos halogenados o CO2.
Tipos de extintores según clases de fuego
Clases de fuego
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Agentes extintores
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Agua chorro
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Agua pulverizada
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Espuma física
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Polvo seco
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Polvo polivalente
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Nieve carbónica
CO2
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Halones
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A
SÓLIDOS
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SI
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SI
|
SI
|
SI
|
SI
|
SI
|
SI
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B
LÍQUIDOS
|
NO
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SI
|
SI
|
SI
|
SI
|
SI
|
SI
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C
GASES
|
NO Extingue
SI Limita propagación
|
SI
|
SI
|
SI
|
SI
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D
METALES
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NO*
|
NO*
|
NO*
|
NO*
|
NO*
|
NO*
|
NO*
|
E
ELÉCTRICOS
|
NO
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SI
HASTA 20.000 V
|
NO
|
SI
|
SI
HASTA 1.000 V
|
SI
|
SI
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CLAVES: SI Bueno SI Aceptable NO Inaceptable o Peligroso
* REQUIERE AGENTES ESPECIALES
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Para
su uso en el laboratorio, la experiencia demuestra que los más prácticos y
universales son los de CO2, ya que, dada la presencia de
instrumental eléctrico delicado y productos químicos reactivos, otros
agentes extintores podrían producir agresiones irreparables a los equipos o
nuevos focos de incendios. Debe tenerse en cuenta, además, que el extintor
portátil, que debe ser de fácil manejo y poco peso, puede volcar, romper o
proyectar el material de vidrio que se halla en las poyatas, generando,
asimismo, nuevos focos de incendio, vertidos o reacciones imprevistas. Es
totalmente desaconsejable la utilización de extintores no adecuados a las
características del material que arde, ya que pueden favorecer el
desarrollo del incendio. La utilización de extintores portátiles en los
laboratorios debe valorarse cuidadosamente, sobre todo si se trata de
fuegos muy localizados que afecten solamente a áreas reducidas de los
mismos. Téngase en cuenta que, a los inconvenientes citados, deben añadirse
los problemas de limpieza posterior.
Neutralizadores
Otros
elementos de actuación y protección para actuaciones de emergencia en caso
de derrames o vertidos accidentales son los agentes neutralizadores. Los
neutralizadores y absorbentes o adsorbentes necesarios estarán en función
de la actividad del laboratorio y de los productos utilizados. Normalmente
debe disponerse de agentes específicos para ácidos, bases, disolventes
orgánicos y mercurio, lo que constituye el denominado “equipo
básico”.

Asimismo
es recomendable disponer de materiales altamente adsorbentes para control
físico de vertidos que no requieran tratamientos especiales o como
complemento de éstos.
Equipos para
ventilación de emergencia
La
ventilación de emergencia consiste es una instalación que, en caso de
necesidad, genera un elevado caudal de aire de extracción que barre
completamente el conjunto del laboratorio o una parte prefijada del mismo.
Puede consistir, bien en la combinación de varios ventiladores conectados
directamente al exterior y la adecuada distribución de las entradas de
aire, bien en un accesorio de la ventilación general del laboratorio que
permita temporalmente un importante aumento en el caudal de renovación. Se
utiliza en casos de emergencia originados por fugas de gases o grandes
vertidos de productos volátiles y permite la rápida eliminación del
contaminante ambiental generado o mantener una atmósfera respirable durante
el tiempo empleado en la evacuación del laboratorio o en actuar para
reducir el foco de emisión. Para su implantación y utilización correcta
deben valorarse los aspectos relacionados con el riesgo de explosión y la
contaminación ambiental.
Situación,
control y mantenimiento de los elementos de actuación
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ELEMENTOS DE ACTUACIÓN
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SITUACIÓN
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CONTROL Y MANTENIMIENTO A)
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DUCHA FUENTE LAVAOJOS
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Lugar alcanzable en menos de 15 s desde
cualquier puesto de trabajo.
En dirección a la salida habitual del laboratorio.
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Caudal, calidad del agua y correcto
funcionamiento del sistema.
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MANTA IGNÍFUGA
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Laboratorio, o unidad, en que se trabaje con
productos inflamables.
Cerca de la mesa de trabajo.
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No precisa mantenimiento.
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EXTINTOR
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Laboratorio, o unidad, en que se trabaje con
productos inflamables.
En un extremo de la mesa de trabajo y en la dirección habitual de salida
del laboratorio.
Almacén de productos inflamables.
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Revisión anual y retimbrado cada 5 años.
Debe estar contemplado en el plan general de medios de extinción del
edificio.
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NEUTRALIZADORES
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Lugar centralizado.
Cerca de las mesas de trabajo.
En el almacén de productos.
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Control de stock.
Gestión de los residuos B)
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A.
Se debe designar por el responsable
del laboratorio a una persona encargada del seguimiento del programa de
mantenimiento.
- Los residuos generados por la
vía de vertidos, una vez neutralizados deben recogerse y gestionarse
de acuerdo con el programa de residuos general del laboratorio.
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Señalización, información y formación
La
presencia en los laboratorios de diferentes elementos de actuación y
protección no implica que los aspectos de seguridad por ellos cubiertos se
den por resueltos. Su eficacia radica, no sólo en que estén en perfecto
estado de utilización, sino que el personal de laboratorio conozca su
ubicación y sus condiciones de utilización . Ello
hace necesario que todos los elementos de actuación estén correctamente
señalizados y que el personal de
laboratorio este informado, formado y entrenado.
El
personal debe conocer la utilidad, situación y condiciones de utilización
de las duchas de seguridad y fuentes lavaojos, especialmente en aquellos
aspectos tales como el tiempo mínimo que debe aplicarse agua a los ojos,
habitualmente 20 minutos, tiempo de ducha o bien en qué casos es preferible
quitar la ropa al accidentado, etc. En el caso de los derrames o vertidos
accidentales el procedimiento de actuación establecido debe incluir la
designación de responsables, así como la manera de reducir la exposición
del personal y la dispersión de la contaminación. Todo ello estará
contemplado en el plan de seguridad y emergencia del laboratorio y deberá
existir constancia de su conocimiento por parte de los posibles afectados.
El
entrenamiento es especialmente importante para el uso de los extintores, ya
que debido a su peso y a la rapidez con que se agota su contenido, su
empleo puede resultar no sólo inútil, sino contraproducente. En caso de
duda sobre la posibilidad de controlar el fuego, es recomendable activar el
plan de emergencia y proceder a la evacuación del laboratorio. Por otro
lado, el personal debe conocer la utilidad de las mantas ignífugas, su
ubicación (no suelen disponer de señalización específica) y su forma de
utilización.
Aspectos
a considerar en la elección e instalación de elementos de actuación y
protección en el laboratorio
La
implantación de los equipos de actuación y protección exige como primera
acción la evaluación de los riesgos en el laboratorio, considerando la actividad
del mismo y las operaciones características que se desarrollan en él, las
instalaciones existentes y los productos y agentes biológicos empleados.
Para su elección e instalación se deben tener en cuenta, además, aspectos
como el tamaño, ubicación y distribución, la situación de los desagües y
conducciones de suministro (agua, gases y electricidad), la situación de
las entradas y salidas, así como del número de personas que habitualmente
trabajan en él. Ello permite conocer el número y tipo de elementos o
equipos necesarios para cada laboratorio, así como su distribución y
situación más idónea.
En
el cuadro se indican, a modo de ejemplo, riesgos asociados a una serie de
actividades habituales en los laboratorios y los elementos de actuación a
contemplar.
Operaciones, riesgos y
elementos de actuación necesarios
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OPERACIONES
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RIESGOS (*)
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ELEMENTOS DE ACTUACIÓN
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Trasvase de líquidos.
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Salpicaduras/impregnación de la ropa,
vertidos.
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Ducha, lavaojos, neutralizadores,
ventilación de emergencia.
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Operaciones con vacío: evaporación,
destilación, filtración, secado.
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Proyecciones, salpicaduras, vertidos,
incendio.
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Ducha, lavaojos, neutralizadores, manta
ignífuga, extintor.
|
Reacciones químicas.
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Explosión, proyecciones, salpicaduras/
impregnación de la ropa, vertidos, incendio.
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Ducha, lavaojos, neutralizadores, manta
ignífuga, extintor, ventilación de emergencia.
|
Extracciones con líquidos.
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Salpicaduras, vertidos, incendios.
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Ducha, lavaojos, neutralizadores, manta
ignífuga, extintor.
|
Destilación.
|
Proyecciones, salpicaduras, vertidos,
incendio.
|
Ducha, lavaojos, neutralizadores, manta
ignífuga, extintor.
|
Desecado.
|
Explosión, incendio.
|
Ducha, lavaojos, manta ignífuga, extintor.
|
Limpieza de vidrio.
|
Salpicaduras.
|
Ducha, lavaojos.
|
Transporte de productos químicos.
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Vertidos, salpicaduras/impregnación de la
ropa.
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Extintor, ducha, manta ignífuga.
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Uso de instrumentación química en general.
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Incendio, explosión.
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Neutralizadores, ducha.
|
|
(*)
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En esta valoración solo se citan, y
no de manera exhaustiva, los riesgos relacionados con las técnicas y
operaciones específicas del laboratorio, que es donde los elementos de
actuación son útiles. No se han considerado los riesgos no específicos,
como, por ejemplo, el eléctrico o el de caídas, ni los generados por las
instalaciones específicas del laboratorio.
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Para
la instalación definitiva de los equipos debe considerarse la adaptación de
las necesidades existentes a las disponibilidades de espacio, distribución,
y de organización, excepto, evidentemente en las zonas de riesgo elevado,
en las que primarán de manera absoluta las medidas de protección, aunque ello
implique modificaciones estructurales u organizativas importantes. Los
casos especiales deben considerarse de manera independiente, como sería el
de los laboratorios docentes o de prácticas en donde en determinados
momentos puede haber un elevado número de personas poco expertas en
espacios relativamente grandes, o bien laboratorios donde se manipulan
substancias o fuentes radiactivas, con elevado riesgo biológico o de
incendio y explosión. Paralelamente a la instalación de los equipos, debe
elaborarse el programa de mantenimiento por escrito y, de acuerdo con los
criterios descritos en los apartados anteriores, el de formación e
información el personal.
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